Programa de Invierno 2019 – un destello en la vida

Desde hace algún tiempo, he estado deseando ser parte de un programa de voluntariado. Unirme al Campamento de Invierno Mais Caminhos este año fue una experiencia que siempre llevaré en mi corazón. El programa de vacaciones de dos semanas no solo estuvo iluminado por el sol, que brilló todos los días, sino también por la luz y el entusiasmo que emanaban de cada pequeño rostro de los niños, que fue la razón principal de todo lo que ocurrió.

Durante estas dos semanas, hubo mucha diversión, juegos, películas, paseos, un taller de pan, días de belleza, sonrisas, abrazos, ternura, calor humano y una cantidad increíble de recuerdos que nunca serán olvidados. Esta experiencia también brindó la oportunidad de marcar la diferencia, incluso de una manera sutil y simple. Cada momento tenía su brillo y belleza. Es difícil elegir el mejor momento, pero lo que realmente destaca es la satisfacción y la felicidad que se reflejaba en cada una de las sonrisas de los niños.

La magia de estos días se sentía en el aire, y la alegría era contagiosa. Estar rodeado de tantos niños felices, llenos de energía y curiosidad, fue un regalo invaluable. Al compartir cada actividad, ya sea un juego o una manualidad, se formaban lazos que iban más allá de las palabras. Recuerdo especialmente las risas que resonaban durante los juegos al aire libre. Aquellos momentos de pura alegría, donde el tiempo parecía detenerse, son los que más atesoro.

No solo los niños se beneficiaron de estas dos semanas; yo también aprendí mucho. Cada actividad me enseñó lecciones sobre la vida, la importancia de la comunidad y la necesidad de dar sin esperar nada a cambio. Al observar cómo los niños interactuaban entre sí y cómo compartían su entusiasmo, comprendí que el verdadero espíritu del voluntariado radica en el amor y la dedicación que damos a los demás. La conexión humana que se forja en estos espacios es invaluable.

En uno de los días de actividades, organizamos un taller de pan donde los niños podían aprender a hacer su propio pan. La emoción en sus rostros al ver cómo la masa se convertía en algo delicioso era indescriptible. Verlos disfrutar del proceso y luego compartir ese pan con sus amigos fue una de las experiencias más gratificantes. Nos reímos, compartimos y, lo más importante, creamos recuerdos juntos que perdurarán en el tiempo.

Los días de belleza fueron también un momento especial. Los niños disfrutaron de actividades que les permitieron sentirse bien consigo mismos, como peinados, maquillajes y sesiones de fotos. Fue hermoso ver cómo se llenaban de confianza y alegría, y cómo pequeños gestos podían tener un gran impacto en su autoestima. En cada sonrisa, se podía sentir la felicidad que emanaba de ellos. Estos momentos de atención y cuidado fueron cruciales para mostrarles que son importantes y merecen ser tratados con amor y respeto.

Al final de cada jornada, reflexionaba sobre lo afortunada que era por haber podido participar en algo tan significativo. La oportunidad de impactar positivamente el futuro de estos niños, incluso de manera pequeña, fue un honor. Sé que lo que se les enseñó, las experiencias que compartimos y el amor que les brindamos contribuirán a formar seres humanos más empáticos y comprensivos, que mañana serán parte del mundo y que sabrán tratar a los demás de la manera en que les gustaría ser tratados.

Me siento inmensamente agradecida de haber sido parte de este momento tan feliz y maravilloso en la vida de cada uno de estos niños. Ellos son el futuro, y tener la oportunidad de guiarlos, aunque sea por un corto tiempo, es un regalo que siempre llevaré conmigo. La experiencia en el Campamento de Invierno Mais Caminhos fue un verdadero destello en mi vida, y estoy segura de que también lo fue en la de ellos.

Por todo esto, quiero dar las gracias a Mais Caminhos por permitirme vivir esta experiencia transformadora. Cada sonrisa, cada abrazo y cada momento compartido son recuerdos que guardaré en mi corazón para siempre. Espero poder participar en futuras actividades y seguir contribuyendo a la felicidad y el bienestar de estos maravillosos niños.

Por Bianca Peixoto – Voluntaria de Mais Caminhos

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